La zona fronteriza en el oeste de Mecklenburg-Vorpommern permaneció en un profundo sueño durante décadas: donde la naturaleza podía desarrollarse sin ser perturbada, miles de aves migratorias se detienen cada año.

El corazón de la reserva de biosfera de la UNESCO, el Schaalsee, situado entre Hamburgo, Lübeck y Schwerin, es el lago de 24 kilómetros cuadrados con sus islas y penínsulas, bahías y extensos cañaverales. Tan variada como el propio lago es la zona que lo rodea: 150 kilómetros de senderos para caminatas y ciclismo conducen a través de un mosaico de bosques, páramos y humedales, pastos y campos, pueblos de ensueño y pequeñas ciudades pintorescas. Durante cuarenta años la frontera interior alemana atravesó el lago. Hoy en día, el turismo cuidadoso va de la mano de la protección de las águilas y grullas, nutrias y martines pescadores.

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