Schwerin, con menos de 100.000 habitantes, es la capital más pequeña de los Estados federados de Alemania. Exquisitamente ubicada en un entorno pintoresco, a orillas de lagos en medio de una área urbana, en los que se reflejan tanto las nubes que se avecinan por el norte, como el símbolo de la ciudad, el Castillo de Schwerin. Un símbolo muy adecuado: es versátil, ligero, luminoso y cálido, como la propia ciudad.