Donde antes se contrabandeaba la valiosa sal, hoy los cicloturistas pueden disfrutar de valiosas experiencias: Recorren tranquilos senderos que pasan junto a castillos y cafés, atraviesan pueblos con entramados de madera y bosques encantados.

A veces llana, a veces ligeramente ondulada, pero siempre con poco tráfico: la ruta de 148 kilómetros por el parque de Münsterland y el bosque de Teutoburgo es perfecta para un relajado viaje corto sobre dos ruedas. Comienza en Warendorf, entre casas con entramado de madera y el ayuntamiento con sus coloridas "Drachenköppen", y continúa por antiguas rutas comerciales y pasando por castillos como el de Loburg o el complejo de castillos dobles de Harkotten. En Bad Iburg, no es sólo el sendero entre las copas de los árboles lo que atrae a los visitantes, sino también el recuerdo de antiguas historias fronterizas. Aquí y en otras once estaciones de audio a lo largo del camino, podrá escuchar estas historias de forma entretenida.

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