Dreamily, el Ahr se abre camino a través del extraño paisaje rocoso en estrechos arcos. Los viñedos se anidan contra las rocas estériles. Incluso los romanos reconocieron las ventajas climáticas de este salvaje y romántico valle.

Casi 1.500 horas de sol al año proporcionan a las uvas de aquí unas condiciones de crecimiento óptimas. Además, los suelos estériles absorben el calor durante el día y lo liberan a las viñas por la noche. Este efecto de almacenamiento nocturno se intensifica por las muchas paredes de los viñedos.

El espectacular y escarpado paisaje hace que el trabajo de los viticultores sea muy arduo, pero también vale la pena: aquí se producen los mejores vinos. Los excursionistas disfrutan de unas vistas espectaculares en el sendero de 35 kilómetros de vino tinto que une los pueblos vinícolas.

Las variedades de uva más importantes: Pinot Noir, Portugieser, Dornfelder y Frühburgunder

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