Una naturaleza única con un mosaico de bosques, prados y pastos, así como tradiciones centenarias, conforman el encanto especial de la zona de la biosfera de la Selva Negra.

Colinas nevadas en invierno, cascadas a borbotones en primavera y el esplendor de las flores a principios de verano: la región de la biosfera de la Selva Negra, en el extremo suroeste de Baden-Württemberg, ofrece un paisaje único con una gran riqueza de especies y diversidad cultural. Su característica especial es la interacción armoniosa del hombre y la naturaleza. Los agricultores mantienen los prados y pastos con sus rebaños de ganado vacuno y caprino, de modo que las zonas abiertas se alternan con los bosques mixtos de montaña como en un mosaico. Este variado paisaje cultural, modelado por el hombre desde hace siglos, también extrae su encanto de las grandes diferencias de altitud en un área muy pequeña: entre 310 metros en el valle y más de 1.400 metros en la cumbre del Belchen. Los habitantes de la región de la biosfera de la Selva Negra, reconocida por la UNESCO en 2017, se sienten estrechamente vinculados a su tierra natal y mantienen antiguas tradiciones como la Fastnacht suabo-alemánica o el Almabtrieb. Siguen el lema "Preservar lo antiguo y abrir nuevos caminos" para mantener el carácter de la región y adaptarlo a las necesidades cambiantes de los habitantes.

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